XXX – Vídeos, Cine, .XXX y Curiosidades
Historia de los Vídeos o Cine XXX
Ahora que llevamos casi dos décadas adentrados en el siglo XXI, la pornografía ya no goza de aquel carácter vanguardista y clandestino de sus inicios. Sin duda, se ha convertido en algo más natural y habitual en nuestras vidas, y es que su penetración (nunca mejor dicho) en el día a día es más evidente que nunca. Internet ha conseguido que podamos consumir porno donde y cuando queramos, y por eso proliferan las páginas web con contenido adulto, ya sea gratis o de pago.
Aunque haya quien piense que la pornografía se trate de un invento moderno, lo cierto es que las representaciones eróticas empiezan a aparecer allá por el paleolítico. Evidentemente, se trataban de representaciones primitivas en las que existía cierto culto hacia el útero y el pene. Estos dos miembros eran objeto de admiración y por eso se solían representar de manera exagerada en cuanto a tamaño.
A través del arte se fueron escenificando diferentes prácticas sexuales. Ahora esos elementos arqueológicos nos permiten comprender cómo vivían la sexualidad los seres humanos del pasado, que al fin y al cabo no era tan diferente a la actualidad. Hace muchos siglos que se practica el sexo en grupo, la masturbación o la homosexualidad, e incluso había sociedad en las que se vivía de una forma más abierta y respetuosa que hoy en día.
Se puede decir que la pornografía tal y como la conocemos hoy en día comienza a aflorar alrededor del siglo XVI. La imprenta de Gutenberg supone una revolución en todos los aspectos y el sexual no iba a ser menos. Proliferan las impresiones de grabados pornográficos, en los que se muestran todo tipo de situaciones relacionadas con la sexualidad. Evidentemente, en aquella época la Iglesia ejercía un gran poder sobre la sociedad y la política, y trató de minimizar el impacto de estas creaciones, puesto que desde la Iglesia se veía la pornografía como un atentado contra la integridad de las personas, y es que el sexo solo debía ponerse en práctica con fines reproductivos.
El gran empujón de la pornografía se vive en el siglo XIX. La fotografía comienza a establecerse como el medio de difusión preferido para los contenidos eróticos. A pesar de los intentos de los estados por contener la proliferación de materiales X y que la sociedad era mucho más tradicional y conservadora que la actual, no se puede dar la espalda a toda una actividad social en torno a los burdeles. La prostitución estaba entonces a la orden del día y se encontraba en las chicas de compañía una vía de escape de la tediosa rutina.
Esas prácticas relacionadas con la prostitución convivieron en el tiempo con la venta de contenidos eróticos en tiendas especializadas, que vivirían un auténtico boom por su carácter vanguardista y sugerente. Los intentos de restricción y criminalización por parte de las instituciones supuso que se empujara la pornografía hacia la clandestinidad y el contrabando. Paralelamente, los contenidos para adultos se iban introduciendo en otras artes como la literatura o la pintura. La sociedad de aquella época (o de cualquier otra) no se entiende sin la sexualidad como figura principal y motor de muchas actividades. Por eso, la presencia del sexo y el erotismo en el arte ha vivido, vive y vivirá un papel esencial.
El siglo XX marca sin duda el gran estallido de la pornografía como referente de las alternativas de ocio. Después de una época en la que se vio duramente reprimido y prohibido desde las altas esferas, a mediados de siglo empieza a repuntar, primer a partir de la literatura pulp y después de la Segunda Guerra Mundial como parte de las subculturas de greasers y hipsters que se aproximan a la sexualidad relajada y el mayor aperturismo que ofrece la generación beat.
Los años 60 causan un gran revuelo internacional a muchos niveles, pero destaca sobremanera la revolución sexual. Se empieza a entender y asumir que las representaciones eróticas no tienen por qué ser obscenidades, e incluso empiezan a aparecer los primeros teatros en que se exhiben producciones pornográficas. Los hippies, con su mítico lema «paz y amor», abren un mundo nuevo para el sexo y las relaciones, y abren un camino para que obras como Garganta profunda a principios de los 70 se conviertan en auténticos fenómenos culturales.
Gracias a la revista Playboy, los contenidos eróticos comienzan a estar cada vez más extendidos entre la sociedad, especialmente hombres. Las revistas y los VHS comienzan a formar parte de la vida diaria como complemento de la masturbación e incluso mujeres famosas como Pamela Anderson graban sus propias escenas pornográficas.
A principios del siglo XXI, páginas web como Pornhub, YouPorn o Redtube, entre muchas otras, comienzan a distribuir contenidos eróticos, dando paso a la nueva generación de pornografía: vídeos X a golpe de clic. Se empiezan a tejer los nuevos entramados de financiación, y aunque existen las páginas de pago para aquellos suscriptores que quieran gozar de contenidos exclusivos, ya no solo se depende del pago directo del usuario sino que buena parte de los ingresos vienen de anuncios publicitarios, lo que permite que el número de consumidores aumente ya que es gratis.
La especialización de estos contenidos aumenta con el tiempo y pronto se establecen categorías de vídeos para ajustarse al máximo al perfil de cada usuario. Así, este puede centrarse en lo que realmente le interesa y hacer búsquedas que le permitan encontrar lo que busca en el menor tiempo posible, algo crucial especialmente si uno se encuentra en plena masturbación.
La pornografía se ha convertido en la gran estrella de Internet y ya sea directa o indirectamente copa la mayor parte del tráfico. Es un sector que se sigue reinventando y en los últimos tiempos hemos visto un repunte de los contenidos amateurs, así como la introducción de los shows de webcam, que han permitido que cualquier chica pueda mostrar al mundo sus encantos, con la única necesidad de una cámara y una conexión a Internet.
¿Donde encontrar los mejores vídeos Porno?
Evidentemente, la pornografía se ha visto como una industria extremadamente rentable y por eso son muchos los que han querido subirse al carro. Eso ha supuesto una gran proliferación de páginas web, que han aumentado de manera exponencial la cantidad de contenidos eróticos a nuestra disposición. Así las cosas, cabe destacar que este tipo de webs buscan la fidelización de sus usuarios a partir de una buena selección de contenidos y la optimización del funcionamiento y carga del site.
Existen páginas web XXX de mayor y menor prestigio, pero lo más indicado es que cada cual busque lo que más le interese. En ese sentido, nos podemos encontrar páginas donde la calidad es lo primero, como puede ser mrpornogratis.xxx, Sin necesidad de cobrar nada al usuario, se prima un contenido que visualmente sea agradable a la vista y sugerente en última en instancia, ya que no debemos olvidar cuál es al fin y al cabo la función de la pornografía.
Los grandes protagonistas de este medio podrían ser PornHub y xVideos, que son las dos páginas web que más visitas reciben. El éxito no solo reside en su diseño y velocidad de carga, sino que hacen partícipes del buen funcionamiento de la web a sus usuarios, y es que permiten que los usuarios envíen vídeos porno para publicar, previo paso por un proceso de evaluación y aprobación. Gracias a eso y la posibilidad de comentar y leer comentarios, se genera un sentimiento de comunidad que no hace sino aumentar el interés de los usuarios por la página y la sensación de necesidad moral de volver cada día.
Ese punto de fidelización se encuentra no solo en las grandes webs sino también en sitios como drpornogratisx.xxx, que han sabido hacer una apuesta por la muestra de contenidos para adultos exigentes que no quieren quedarse en el porno más tradicional y convencional, sino que buscan cosas diferentes pero siempre de la más alta calidad. A fin de cuentas, los consumidores de materiales XXX, como en cualquier otro sector, rigen sus patrones en base al atractivo de la oferta y el retorno de la inversión, porque por mucho que los contenidos sean gratis, el tiempo es oro y hay que optimizar al máximo los minutos que un usuario dedica a una web de este tipo.
Dominio .XXX
Dentro de la proliferación de extensiones de dominios que hemos vivido en los últimos años más allá de los típicos (.com, .org, .es), el de .xxx es uno de nivel superior patrocinado que adscribe a aquellas páginas que ofrecen contenidos XXX. De esta manera, se especifica claramente desde la URL que el usuario encontrará pornografía, y se pueden establecer bloqueos automáticos para lugares o personas que no quieren acceder a este tipo de materiales.
Curiosidades sobre .XXX
Aprobado en 2010
Al principio de esta década ya se veía el potencial de las páginas porno y por eso se aprueba el registro de .xxx. Lo cierto es que la propuesta databa de 2001 a manos de ICM Registry, pero hubo ciertos grupos tradicionalistas que se oponían a esta extensión, ya que consideraban que se haría un uso inadecuado y fomentaba la publicación de este tipo de contenidos. Sin embargo, la ICANN (Corporaciónde Internet para la Asignación de Nombres y Números) acabó aceptando la propuesta.
Reticencia al dominio .XXX
Curiosamente, los sectores más conservadores y grupos eclesiásticos no eran los únicos que se oponían a la aceptación de esta extensión de dominio. Eran pertenecientes al sector de contenidos eróticos los que también se manifestaban en contra. La aceptación de una extensión ad hoc permitía identificar de manera más rápida y efectiva los contenidos de las páginas X, lo que facilita su bloqueo y dificulta «camuflar» los materiales en el caso de que el administrador así lo desee.
¿Sabes cuál fue la primera web con dominio .XXX?
La primera web con esta extensión fue casting.xxx, que pertenece ahora al grupo de FakeHub. Especializada en castings porno, marcó el camino para otras páginas de contenido erótico, aunque hoy en día las grandes páginas web del sector no recurren a esa extensión sino que suelen preferir .com para llegar a un público más amplio. Independientemente de cómo termine una URL, lo verdaderamente importante para que una página X triunfe en un sector tan competitivo es ofrecer contenidos de calidad y una velocidad de carga que no implique largas esperas.